Aprendiz de todo, traductor de nada.

Aprendiz de todo, traductor de nada.

Haciendo caso a mi ángel de la guarda (gracias pingüina, y no estoy haciendo una referencia al pingüino que aparece en la famosa película El club de la lucha) he optado por sacar tiempo al día, robándome horas de sueño, para poder traeros la entrada de hoy.

La cuestión es que llevo tiempo queriendo actualizar el blog pero por diferentes proyectos en los que ando trabajando no puedo hacerlo con la frecuencia que desearía. Ideas y temas para escribir no faltan pues la suerte que tenemos es que tocamos todos los palos por mucho que le pese al refranero español y diga que aprendiz de mucho, maestro de nada.

Son muchas las personas que opinan de la misma forma que el refranero español y precisamente serán muchas quienes piensen que es mejor especializarse en un solo ámbito ya que esto puede repercutir en un nicho de mercado en el que estés cómodamente situado. Sin embargo, esto provoca a mi parecer que al final no puedas comunicarte/moverte correctamente si te sacan fuera de tu ámbito de acción.

Pero, ¿por qué motivo dejó de interesarnos el conocimiento? Quiero pensar que la respuesta es la misma que escribía unas líneas más arriba y no es otra cosa que la falta de tiempo en el sentido de que con las prisas que nos marca el día a día y la situación de crisis globalizada tendemos a buscar la máxima rentabilidad. El día no tiene más horas de las que tiene y si entre pitos y flautas te pasas más de media jornada trabajando, estudiando o compaginando ambas cosas lo más probable es que tengas pocas ganas de sobrecargarte con más tareas y desees poder disfrutar de las horas libres de las que dispongas.

De esa ignorancia que aboga el refrán de no ser maestro de nada podemos sacar partido y abordar con el atrevimiento de la ignorancia todos aquellos campos que desconocemos, de todas aquellas disciplinas que están al alcance de nuestras manos y que precisamente por una falsa ignorancia no abordamos por miedo a lo que podamos encontrarnos. Como el refranero español es muy sabio solo diré que la ignorancia da la felicidad y que por meternos donde las demás personas nos podrían tildar de ignorantes podemos encontrar sin esperarlo algo que nos proporcione realmente felicidad, conocimiento.

En mi caso llevaba desde los 18 años trabajando en el mismo sector, prácticamente una década, por lo que se podría decir que era un experto en mi nicho pero por causas de la vida y sin que entremos en discutir sobre mi falta de sentido común o no, dejé ese y otro trabajo que tenía y decidí meterme en el mundo de la traducción en el que por mi ignorancia pensaba que sería solamente traducir textos. Desde hace tiempo he visto que se abre una perspectiva del mundo totalmente nueva y apasionante en la que en mayor o medida se toca de todo: comunicación, negociación, gestión…

No digo que no sea bueno especializarse, de centrar nuestros esfuerzos hacia una meta determinada, pero ser el mejor en algo, limita muchas facetas que son importantes tanto en el terreno profesional como en nuestra vida. No es bueno ser el mejor a costa de crecer como persona y mucho menos aún el poner todos los huevos en la misma cesta como me dijo una persona a la que admiro mucho en mi último viaje a Barcelona.

Para finalizar me gustaría lanzar una pregunta al aire y no es otra que en el caso de que tuvieras que elegir entre éxito y felicidad ¿con cuál te quedarías?

aprendiz

Escrito por: Jairo Lara

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